Menos carne ahora, un mayor futuro después

¿Cómo una dieta de origen vegetal complementa la arquitectura actual?

Quizás uno de los mayores retos que plantea el aumento de nuestra población y de nuestras ciudades es la desconexión entre lo que comemos y dónde lo cultivamos. Las dos obras de Carolyn Steel que abordan este dilema, Hungry City (2008) y Sitopia (2020), trazan en gran detalle y con una visión crítica el crecimiento del urbanismo y la agriculturacomo dos campos claramente diferenciados y divididos. Cuanto mayor es la dimensión de la ciudad, mayor es el incremento de la intensificación de cultivos, y mayor la distancia entre el área de cultivo y el plato.

Uno de los efectos de esta desconexión es la ignorancia generalizada sobre cómo se obtienen y producen los alimentos, y su correspondiente impacto sobre nuestro paisaje, nuestra salud y nuestras sociedades: todo lo que no vemos, ni nos preocupa ni pensamos en ello. Así que parece sensato sugerir que una solución radical pero factible es volver a situar el campo en la ciudad, un movimiento a veces denominado agritectura, agricultura urbana u horticultura urbana. Sin embargo, el fallo inherente a esta solución es que, en lugar de plantear el problema como algo que deba ser solucionado por una organización o institución externa, es responsabilidad colectiva de todos resolverlo a través de lo que elegimos comer. El problema requiere de un ataque en dos frentes: liderazgo político y económico junto con la responsabilidad y la acción individual.

En agosto de 2017 mi esposa, Elly Ward, y yo nos hicimos veganos, una decisión repentina que rápidamente pasó a determinar nuestra opinión sobre muchas otras cuestiones relacionadas con el impacto que nuestras vidas tienen sobre los demás y sobre el medio ambiente, incluyendo lo que consumimos, lo que vestimos y cómo viajamos. Esto nos ha llevado a plantearnos cuestiones que habíamos evitado con anterioridad y nos ha obligado a encontrar nuevas formas de hacer las cosas. Inevitablemente, las cuestiones morales y éticas que surgen del veganismo son igual de críticas cuando se trata de ser arquitecto. En efecto, el sector de la construcción y la agricultura industrial son dos de las tres industrias más tóxicas en lo que se refiere a daño medioambiental y cambio climático. Si queremos proteger vidas y reducir nuestra huella de carbono, debemos cambiar muchas cosas: la forma en la que erigimos los edificios, nuestra forma de pensar en la construcción, nuestra forma de entender la arquitectura como lenguaje y la forma en que comemos y vivimos nuestro día a día.

Existen soluciones arquitectónicas que buscan minimizar el impacto, del mismo modo que po-demos hacerlo a través de lo que comemos.

El espacio principal de SITE, un nuevo espacio dedicado a explorar y probar formas de reducir nuestro impacto y celebrar nuestra interdependencia con el planeta. Imagen © Joe Morris

Con esto en mente, nos embarcamos en un programa que ahora denominamos SITE. El propósito inicial de SITE era llevar la arquitectura a la calle. Se fundó como un estudio de diseño situado en un pequeño local en Columbia Road, en la zona este de Londres. La idea en aquel momento era utilizar café de producción ética y leche de origen vegetal para atraer al público a nuestro espacio, a la vez que se llevaban a cabo eventos relacionados con la arquitectura, el diseño y el entorno construido. Sin embargo, las demandas de un creciente público vegano convirtieron el espacio en una “experiencia basada en todo lo vegetal”, incluyendo comida, bebida, películas, investigación y diseño de producto. El espacio se nos quedó pequeño rápidamente y a finales de 2019, logramos adquirir un edificio en ruinas en Hackney Road con la intención de reubicar SITE y expandir su potencial.

En un día festivo de agosto de 2020, tras meses de duro trabajo, inauguramos el ambicioso SITE #2, y nos instalamos a vivir encima de él. Durante los diez meses de reforma, nos dedicamos a trabajar de manera orgánica e intuitiva con la estructura del edificio, viviendo en él mientras lo reformábamos, pasando todo nuestro tiempo en la obra y reaccionando a las diferentes cuestiones a medida que se iban produciendo, ayudados por un pequeño equipo de dos carpinteros. Retiramos las diferentes capas, abrimos paredes, expusimos la estructura, reparamos los daños y, a través de una relación intensiva de amor-odio, devolvimos el edificio a la vida de forma lenta pero segura. Durante el proceso, combinamos materiales y accesorios reciclados y de segunda mano con nuevos materiales obtenidos de fuentes recicladas. Por ejemplo, utilizamos EKOPLY, un sustituto plástico del tradicional contrachapado totalmente reciclado, además de materiales de construcción muy sostenibles, como el corcho.

En cuanto al programa, SITE dispone ahora de su propia cocina en la que se sirve un menú británico con ingredientes de origen local y platos caseros veganos y un laboratorio de materiales e investigación situado en el piso inferior, en el que estamos desarrollando un sistema de procesado y compostaje de todos los residuos originados en la cocina. También cuenta con un jardín rico en biodiversidad y cerca de 20 metros de parterres de plantas en la azotea para cultivar la mayor cantidad de productos para la cocina, además de recoger el agua de lluvia de cada nivel de la cubierta.

Una publicación que explica el impacto de lo que comemos en nuestras ciudades.

”Degustación del decrecimiento”, una forma de explorar el impacto que los alimentos tienen en nuestras ciudades y en el planeta. Imagen BOB Design

De hecho, el proyecto se ha convertido en una extensión natural de nuestra propuesta para la Trienal de Arquitectura de Oslo de 2019 como parte del proyecto realizado por el grupo de investigación Londonon, Degustación del decrecimiento, que explora sistemas sostenibles para la producción, transporte, preparación, consumo y residuos.

El edificio, y nuestras vidas, son ahora un experimento vivo de existencia circular. El proyecto es un ejemplo real de cómo es posible comprometerse totalmente e implementar un tipo de vida sostenible, ecológica y centrada en el planeta a través del diseño, la investigación y la acción, que esperamos continuar desarrollando y del que esperamos aprender. Y contra esto no caben excusas.

 

Imagen principal:Ni un solo elemento del menú de alimentos y bebidas de SITE contiene ingredientes derivados de animales o subproductos animales. Imagen © Joe Morris